Los “cambios” del cuerpo y la mente en “tiempos de Cambio”
El otoño y el cuidado del Cuerpo
¿Como internalizamos el mensaje de la Madre en relación al cuidado de nuestro cuerpo, nuestro templo? Reconociendo lo que aún nos falta o en lo que es bueno que sigamos perfeccionando de nuestra naturaleza biológica para honrar la Vida en nosotros como principio rector de nuestra existencia. Todo es un constante recordatorio, Dios nos llama de mil maneras diferentes, a través de las necesidades de mi hermano, de mi hijo, de mi esposo, de mi comunidad, como así también a través de las necesidades de mi propio cuerpo. ¿Qué necesita mi cuerpo? Estar en sintonía con los ciclos de la naturaleza, para mantener sincronizados mis ritmos interiores.
Siguiendo con las enseñanzas de los grandes místicos como Hildegarda von Bingen, en concordancia con la filosofía del Ayurveda y la Medicina tradicional China, hay que partir de la base que estamos en Otoño, el momento en que el reino vegetal lleva la fuerza hacia su interior y hacia sus raíces dentro de la tierra, se desprende de lo que ya no le hace falta y se fortalece para pasar el invierno. Del mismo modo nosotros.
Este será un aporte que compartiremos a modo de síntesis, sobre como transitar ésta estación inestable y cambiante.
El otoño es una estación fría, seca, ventosa, donde el elemento aire es el protagonista, el aire se vuelve frío, seco, ligero, móvil. Si lo decimos desde el Ayurveda es una estación Vata (aire y éter) de mucho cambio, inestabilidad y movimiento. Todas estas características van a afectar a nuestro aire interno, relacionado con el movimiento de la energía y de la mente.
Este aire frío y ventoso de afuera nos afecta directamente al órgano que se relacione que se relaciona con el aire, que es el pulmón. La puerta del pulmón es la nariz y la garganta. Aquí hacemos nexo con el enfoque de la MTC (Medicina Tradicional china) donde el pulmón corresponde al elemento metal, junto con el intestino grueso. Los pulmones reciben el aire, lo chinos dicen que son los receptores de la “energía pura del cielo”, y a su vez controlan la circulación del qi defensivo (inmunidad) y la energía de la regulación de la temperatura corporal. Pulmones e intestino grueso trabajan juntos: Uno recibe lo puro y el otro elimina lo impuro.
El metal es el elemento que se asocia al pulmón, el intestino grueso y la piel, órganos y víscera esenciales para una correcta eliminación de residuos tóxicos. Estos órganos se encargan también del sistema inmunitario y de la protección frente a agentes patógenos, con lo que la alimentación tiene un papel clave. Son órganos de desintoxicación.
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