Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos. Cristo atiéndenos.
Dios padre en el Cielo, ten piedad de nosotros.
Dios hijo, redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios de la Santa Trinidad, ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros.
Santa Hildegarda, ruega por nosotros.
Tú, virgen consagrada a Dios
Tú, espejo de la magnificencia divina
Tú, luz de la iglesia
Tú, anunciadora de la palabra y la obra de Dios
Tú, arpa de Dios
Tú, maestra de perfección
Tú, luchadora por la verdad y la justicia
Tú, estrella brillante en los tiempos revueltos,
Tú, consejera en las dificultades
Tú, protectora de los débiles
Tú, auxiliadora de los enfermos
Santa Hildegarda, dotada de espíritu profético
Santa Hildegarda, humilde en la elección de Dios
Santa Hildegarda, candente de amor a Dios y a los hombres
Santa Hildegarda, firme en el amor a la Iglesia
Santa Hildegarda, agraciada con el don de la sanación
Santa Hildegarda, en la debilidad, fuerte por la fuerza de Dios
que conozcamos y marchemos por los caminos de Dios, ayúdanos, santa Hildegarda
que reconozcamos mejor el Espíritu de Dios en la creación
que amemos a Dios en todo y sobre todo
que sigamos siempre la llamada de Dios
que nos dejemos guiar por su palabra y ejemplo
Cordero de Dios, tú que quitas el pecado del mundo, señor, protégenos
Cordero de Dios, tú que quitas el pecado del mundo, señor, atiéndenos
Cordero de Dios, tú que quitas el pecado del mundo, señor, ten piedad de nosotros
Ruega por nosotros santa Hildegarda, para que seamos dignos de las promesas de Cristo
Señor, tú has dotado a santa Hildegarda con dones celestiales. Te pedimos: concédenos que sigamos sus huellas y sigamos sus indicaciones y así partiendo de la oscuridad de este mundo alcancemos tu luz magnífica.
Por Cristo, nuestro señor. Amén
(Para uso privado)
Traducción del alemán de Víctor Carrillo
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